VÍTREO.
CLARO
¿Quién más? Esta empresa es una completa desgracia. Felipe
Zuleta acumuló bien el desahogo: “Los operadores de celular nos roban, nos
joden la vida, nos engañan, nos hacen toda clase de vejámenes y no podemos hacer
nada, absolutamente nada”. Es un robo público lo que hace Claro. Pagamos por un
servicio que no existe. No salen ni entran las llamadas, otras veces se caen,
hay problemas con el chat, hay problemas con todo… Cancelar el servicio es una
odisea, hay cláusulas que lo impiden. La atención al cliente es perversa. Uno
puede durar dos horas al teléfono, colgar y seguir en las mismas. Esta empresa
recibe más dinero que los hospitales, pero su servicio se puede convertir en un
completo camino hacia la muerte.
ECOPETROL
Esta empresa tiene un buen nombre para la mayoría de los
colombianos, pero no para nosotros. Así de Claro (ya vamos con ellos) lo
explicó Juan Gossaín: “En Corea del Sur, la gasolina es más barata, aunque ese
país importa el combustible desde Colombia”. Ecopetrol no es capaz de cobrar lo
justo porque –con el respaldo del Gobierno- asegura que se dejaría de invertir
“en lo social”. Falacias y más falacias disfrazadas en una empresa que gana
dinero a borbotones a nuestras expensas. Les pagamos gasolina como ricos siendo
pobres. ¡Es indignante!
Un crédito con ellos es una cadena perpetua. En el Icetex
facturan mal las cuentas, los recibos que llegan a los estudiantes muchas veces
están errados. Las condiciones que imponen se pueden conocer de antemano, sí,
pero la verdad nos dice al final que la ayuda económica no existe y que
simplemente esto se trata de un negocio que va de la mano con el siguiente
punto.
EL ICETEX
LOS BANCOS
Van
todos en la misma bolsa. Por un CDT de 10 millones a un mes pagan cinco mil
pesos, pero no más por cada cuota trimestral de manejo de una tarjeta de
crédito cobran 60 mil. La cuota de manejo de las cuentas de ahorro subió 16.8 %
en promedio en los primeros seis meses del año, según la Superintendencia
Financiera. Bancolombia y los bancos del grupo Aval ganaron 2,5 billones de
pesos a agosto. Con todo ese dinero, no son capaces de contratar un cajero más
en sus sedes para acabar con las enormes filas en las que esperamos horas –como
borregos- para que ellos se queden con nuestra plata.